15 junio 2010

Yingoleada

Algunas veces, de manera casi inesperada, los rincones más lejanos de un lugar pueden ser escenarios llenos de magia, suspenso y buen fútbol. Así fue como sucedió en la sexta fecha del torneo de alumnos retirados.
Aquel día comenzó bien temprano para los argentos, que decidieron levantarse en forma sincronizada al son de una melodía nacional cuya coreografía se iniciaba pisando firme con el pie derecho. Mañana gloriosa de una tarde empapada en victorias y amargas derrotas.
Este dramático thriller de fútbol y acción tuvo un primer encuentro entre dos protagonistas impacientes por escalar posiciones y escapar del fondo de la tabla. Por un lado, Yingo Pesho, un equipo que hasta el momento venía con más alti que bajos y no estaba del todo contento con su rendimiento en los anteriores partidos. Y en el otro rincón, el querido Kul Kul Klan, que estaba dispuesto a conseguir su primera victoria frente al rengo equipo monetario.
Suena el pitazo inicial, empieza a rodar la redonda. Durante los primeros minutos el partido sólo se trató de dos rivales que se disputaban el balón sin entregar una pizca de buen fútbol a los espectadores. La chispa que encendió la mecha para comenzar a colorear la disputa fue Santiago Roldán, quien coronó un espléndido desborde por la derecha dandole un pase a Nuñez que lo dejó sólo frente al arco. De esta forma se abrió el marcador para Yingo y aparecieron los roces entre los jugadores de ambos planteles.
Apenas dos minutos antes de dar por finalizado el primer tiempo, Mariano Trimarco dijo "presente" clavando la pelota al ángulo luego de entenderse en una vistosa jugada en complicidad con Nacho Eguiguren.
Así terminó la primera mitad del encuentro, dejando ver un 2-0 a favor del conjunto económico. Kul Kul Klan arrancó el segundo período del partido demostrando en su accionar una agresiva decisión por dar vuelta el resultado y llevarse los tres puntos.
Al cabo de pocos minutos transcurridos en la cancha, el idolatrado Kultor enmudeció a todo Flores con un desgarrador zapatazo que no dió posibilidad de respuesta al arquero. El mismo sufrió un yíncope al observar tremenda ejecución.
2 a 1 y el partido brindaba gran emoción al público. Este gol sirvió de incentivo para Yingo, porque luego de dicho acierto, el elenco tricolor amarró bien fuerte las riendas y se encargó de manejar el partido. Pese a la excelente tarde de Gustavo Pereira, arquero del Klan (quien se dió el gusto de contener innumerables bombazos), no hubo nada que hacer con la violenta reacción del quinteto que, como un improvisto relojito, comenzó a funcionar sin pausa y con sorprendente precisión. Roldán, Trimarco, Espada y Eguiguren, en ese orden, se pusieron de acuerdo y repartieron goles determinantes que dejaron sin chances al equipo antisemita. La cruz ardiente no les sirvió, tampoco el hecho de haberse cambiado la vestimenta original por su famoso traje blanco. Ninguna de estas variantes pudo modificar el resultado del partido. Pero la dignidad  de sus valerosos jugadores llevó al plantel asesino a descontar lastimando la tranquilidad del equipo contrario. Esto ponía las cosas 6-2.
El canto de las tribunas se precipitaba en la cancha al compás de la lluvia que caía fuera del patio cubierto. Por un lado se oían desaforadas voces que cantaban:_"¡Olé, olé, olé, olé...Kultor, Kultor!". Por el otro, la hinchada gritaba:_"¡Yin-co-pé, yin-co-pé!".
El árbitro colocaba el silbato en su boca para finalizar este delicioso combate futbolero, cuando Eguiguren convirtió el último tanto como broche de oro para cerrar lo que fue una sabrosa victoria del equipo albirojo.


El Club del Klan perdió la sonrisa una vez más, y los de Yingo, al fín se quedaron con el vuelto.


Corresponsal: Nacho Eguiguren.







Edición: Juan Pablo Castagna



1 comentario:

Nicolas Navarro dijo...

¡Excelente crónica! ¡Aguante el conjunto económico!